Comen delicioso, van a la peluquería y usan aros y lentes. Pero también se transforman en malcriados y agresivos.
Para calmar la pena adquirió una perra de raza pug, a la que bautizó “Ana”. Ese día, dice, su vida volvió a tener sentido. Ella se transformó en su alter ego. La subía en la canasta cuando andaba en bicicleta, se sentaba a su lado en los restaurantes y, en ocasiones, iba con ella a su oficina. “Es mi partner . Le compro poleras, abrigos y aritos, la llevo a la peluquería una vez al mes y somos fanáticas de las habas y las alcachofas”, afirma.
La tendencia, bautizada antropomorfismo, es la atribución de características humanas en los animales y es uno de los últimos fenómenos surgidos en los países del Primer Mundo. Aunque en Chile todavía no es un boom, cada vez son más las personas que visten a sus mascotas, les dan de comer de sus comidas y se reúnen en lugares como el parque Bicentenario.
La especialista indica que el problema es que muchas veces los animales sufren patologías de conducta: “No entienden de jerarquías y sufren ansiedad si los dejas solos. Son, en el fondo, como niños malcriados”.
http://www.prensanimalista.cl/web/2010/10/04/humanizar-a-los-animales-tiene-riesgos/
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