En Trawa Kalen recibimos constantes denuncias de perros “mal amarrados”, o que “siempre están encerrados” a lo que siempre nos preguntamos ¿Es que acaso existe una forma correcta de amarrar a un perro? Amarrar significa privar de libertad, quitar la alegría de vivir, someter a un ser vivo a un cautiverio permanente…¿Es esto digno? ¿Vale la pena vivir así?
Un perro amarrado está obligado a comer, dormir y recostarse exactamente en el mismo lugar donde tiene que orinar y defecar. Amarrarlos es someterlos a una condena perpetua al eliminar de sus vidas el gusto de jugar y socializar, de sentir el suelo en sus patitas, de olisquear todo lo que los rodea. Cuando amarramos a nuestros perros los estamos obligando a llevar una vida totalmente contraria a su naturaleza.Al perder su libertad lo convertimos además en un perro olvidado en un patio o jardín, que se siente solo y abandonado, pues rara vez recibe una caricia, una palabra de amor o un premio por su buen comportamiento. Lo aislamos de la familia y no le permitimos convivir con nosotros. Nosotros lo convertimos en un animal estresado, poco sociable, triste e inestable emocionalmente (perros que ladran constantemente, aúllan, lloran y están totalmente deprimidos).
Como estamos seguros de que su respuesta es que su perro sí merece una mejor vida, es que le damos los siguientes consejos:
Castre a su perro . Independientemente de que sea hembra o macho, muchas de las razones de amarrar al perro se solucionan con la castración.
Suéltelo gradualmente : Un perro que ha permanecido la mayor parte de su vida amarrado no puede soltarse de un día para el otro si queremos evitar accidentes. Esto debe ser un proceso gradual.
La cuerda corrediza : Páselo de inmediato a una cuerda sujeta a una cadena mediante una argolla corrediza, para que su perro comience a experimentar poco a poco la libertad.
Protéjalo del sol y la lluvia : Hágale una buena casa, que le permita protegerse de las inclemencias del tiempo, que no sea húmeda y que sea adecuada a su tamaño. Recuerde tenerle siempre agua fresca a su alcance y en un recipiente y lugar que él no pueda volcar.
Prémielo con juguetes : Si el perro va a permanecer solo por períodos prolongados, dele algo con qué entretenerse. Y si usted está en casa, sáquelo a pasear, suéltelo, juegue con él, permítale que interactúe con toda la familia, hágalo sentirse parte de ella.
Edúquelo : Durante todo este proceso debe tener muy presente la importancia de educar a su perro. Si usted cree que para esto necesita ayuda, búsquela y jamás se de por vencido amarrando a su perro nuevamente. Nosotros le podemos ayudar.
Un perro amarrado está obligado a comer, dormir y recostarse exactamente en el mismo lugar donde tiene que orinar y defecar. Amarrarlos es someterlos a una condena perpetua al eliminar de sus vidas el gusto de jugar y socializar, de sentir el suelo en sus patitas, de olisquear todo lo que los rodea. Cuando amarramos a nuestros perros los estamos obligando a llevar una vida totalmente contraria a su naturaleza.Al perder su libertad lo convertimos además en un perro olvidado en un patio o jardín, que se siente solo y abandonado, pues rara vez recibe una caricia, una palabra de amor o un premio por su buen comportamiento. Lo aislamos de la familia y no le permitimos convivir con nosotros. Nosotros lo convertimos en un animal estresado, poco sociable, triste e inestable emocionalmente (perros que ladran constantemente, aúllan, lloran y están totalmente deprimidos).
Como estamos seguros de que su respuesta es que su perro sí merece una mejor vida, es que le damos los siguientes consejos:
Castre a su perro . Independientemente de que sea hembra o macho, muchas de las razones de amarrar al perro se solucionan con la castración.
Suéltelo gradualmente : Un perro que ha permanecido la mayor parte de su vida amarrado no puede soltarse de un día para el otro si queremos evitar accidentes. Esto debe ser un proceso gradual.
La cuerda corrediza : Páselo de inmediato a una cuerda sujeta a una cadena mediante una argolla corrediza, para que su perro comience a experimentar poco a poco la libertad.
Protéjalo del sol y la lluvia : Hágale una buena casa, que le permita protegerse de las inclemencias del tiempo, que no sea húmeda y que sea adecuada a su tamaño. Recuerde tenerle siempre agua fresca a su alcance y en un recipiente y lugar que él no pueda volcar.
Prémielo con juguetes : Si el perro va a permanecer solo por períodos prolongados, dele algo con qué entretenerse. Y si usted está en casa, sáquelo a pasear, suéltelo, juegue con él, permítale que interactúe con toda la familia, hágalo sentirse parte de ella.
Edúquelo : Durante todo este proceso debe tener muy presente la importancia de educar a su perro. Si usted cree que para esto necesita ayuda, búsquela y jamás se de por vencido amarrando a su perro nuevamente. Nosotros le podemos ayudar.
El devolverle la libertad a su perro no debe durar más de 15 días, a pesar de que la educación seguramente tardará algo más. En este tiempo usted debe ser capaz de controlar la situación, es decir, de hacer las reformas que sean necesarias en casa para que su perro no viva amarrado. Si es necesario reforzar las cercas, cerrar los huecos o construir nuevas tapias, por favor hágalo. No invertir en ello no puede justificar desgraciarle la vida a un ser tan querido como lo es nuestro perro.
Si usted desea cambiar la vida de un perro amarrado, consúltenos y le daremos la asesoría e información necesaria para lograr ese cambio de vida que ellos tanto anhelan y merecen. Un perro libre es un perro alegre.
SOCIALIZAR OTRA VEZ
Llevar un cachorro a la casa puede resultar una experiencia rejuvenecedora para el perro anciano. Cuando se controla adecuadamente la situación, a la mayoría de los perros de edad avanzada les encanta la compañía. A través del renovado interés y el aumento de ejercicio, parecen recuperar la juventud.
Evite los celos concediendo atención, en primer lugar, al perro anciano, demuéstrele que él sigue siendo el preferido de la familia, afirme siempre los privilegios ya establecidos que él tiene en su hogar, anímelo a jugar y socializar con el cachorro, y nunca acaricie o demuestre efusividad al recién llegado al frente de su perro anciano, esto lo deprimirá y se sentirá relegado y reemplazado.
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